Cielo de superhéroes

Tú y tu lengua de sábila para un corazón varicoso,
apuntalado con contraseñas de seguridad nacional
por su alergia al polen y su propensión
al dogal de los escotes donde se columpian los suicidas.
Tus pirañas sonríen más allá de tu ombligo,
párpado entrecerrado que sondea mis regiones
inexploradas para poblarme de lámparas y bajorrelieves.
Tus manos también me miran oscuramente,
me auscultan lo que me queda de día
para embalsamarme de primavera. Sonríes a quemarropa,
disparas a mansalva miradas impunes de matarme,
y no me muero. Soy semilla entre tus dientes,
retoño de tus labios en olas, beso que se abre
a la fruta desde su raíz más íntima y húmeda.
Caigo sobre ti y me siento llovizna, lluvia, tormenta bajo tu ropa,
cielo de tu cuerpo condensado de la niebla de mirarte así;
dentro de ti me siento adentro y más, río hasta el origen
de tu sed, de tu ansia misma de derramarte sobre el mundo
y prodigar que contigo nació la luz,
que nombrarte es rutilar con las estrellas,
conceder el deseo de quien sopla las velas del pastel
y del barco que se hunde en/con el ocaso
para velar los sueños de quienes aún los sueñan.
Tú y tu manera de ser tan tú, me devanas las hebras
de este mundo torcido para tejerte una capa nueva
y volar conmigo a ras de suelo bajo la sábana
cuyo súper poder es resbalarse de los dos. Y tú me matas,
y no me muero.


09 de agosto de 2023

Comentarios

Entradas populares de este blog

Apareces

Presencia